Tú mundo, mi mundo.

No me hables de amor, no me hables de promesas, no voy a entrar en tu mundo porque es demasiado pequeño para los dos.

A ti te gusta ir de flor en flor, y yo no soy una cualquiera con la que puedas pasar un noche, si me quieres, quiereme pero, para siempre.

Solo quiero tenerte cerca, poder abrazarte cuando más me apetezca y besarte una y otra vez.
Déjame entrar en tu mundo, y  te prometo que no te dejaré nunca.

Todo vale.

Si tú eres feliz, todo vale. No se va a estropear algo por culpa de un tercero, y más todavía cuando no se está seguro de un sentimiento importante.
Tener una simple amistad es bueno, y eso pase lo que pase puede que no se rompa nunca.
Te entretienes pintándote las uñas de mil colores diferentes, cambiando de peinado, poniéndote los tacones más altos que existan, porque eso te hace sentir mejor.
Te encanta pensar que tu vida ya no es como antes, que es mucho mejor, y que disfrutas mucho más de los pequeños momentos. Que te divierte hasta ir en autobús hasta la otra punta de Madrid porque simplemente llevar la música lo más alto posible, mirar por la ventanilla como te dan los rayos del sol en la cara, o ponerte a mirar los zapatos de todo el que pasa...